Nuestra propuesta Pedagógico - Pastoral, basada en el Proyecto Educativo Pastoral Común para las escuelas del Arzobispado de Buenos Aires (PEPAC), traza algunas líneas directrices que indican por dónde ha de ir hoy una escuela que quiera evangelizar; una escuela del siglo XXI encarnada en esta sociedad concreta, con unos alumnos/as hijos de nuestro tiempo con sus valores, contravalores y sus límites también concretos.
Una escuela que tiene planteados unos retos y que busca respuestas. Y es un proyecto que quiere ser evangelizador, buena noticia para nuestra sociedad, la buena noticia que fue y es Jesús de Nazaret.
¿Cómo transmitir, contagiar, vivir en la escuela los valores de Jesús en un mundo tan secularizado?
Es el gran reto que hoy tiene planteada la humanidad y del que participamos los educadores cristianos. No tenemos recetas que nos den respuestas unívocas cuando el mundo que nos rodea es tan plural y al mismo tiempo tan globalizado.
Una propuesta evangelizadora propia nos ofrece pistas para andar el camino. Nos acerca a la psicología evolutiva de la persona para comprender el momento que vive el niño, el adolescente, el joven, e invita al educador a hablarle de Dios desde su propio lenguaje y sus intereses vitales.
El Instituto Hijas de Jesús propone este encuadre pastoral propio para los colegios de la Vicaría de Educación y desde la Iglesia de Buenos Aire y se enriquece, además, con los matices que da un carisma recibido para el bien de los demás; la M. Cándida Mª de Jesús imprimió en sus escuelas un modo concreto de educar y también de evangelizar. Y hoy creemos que, sumado a los aportes del PEPAC y las diversas experiencias pastorales y de Fe que enriquecen nuestra Iglesia local, sigue siendo válido para ayudar a formar personas libres y comprometidas con su mundo y ser así agentes de una sociedad más justa, más fraterna y más solidaria.
Fundamentados en los anteriores, los principios que aparecen a continuación son el punto de partida de nuestra acción, a la vez que el objetivo, ideal y encuadre para nuestras actividades de acción evangelizadora. Nos sirven como referente de nuestro quehacer cotidiano.